En el claro cielo del alba, resonó un clarín. Su nota aguda y clara se expandió por todo el valle.
En lo alto de la loma que coronaba el valle se encontraba Marco Vipsanio Agripa, el mejor general de los ejércitos del Cesar, contemplando como su grandioso ejercito se levantaba de su letargo y se preparaba para la marcha.
Una marcha esperada durante años destinada a hacer historia durante siglos.
- Mi general – Exclamó a sus espaldas Cayo Furnio, legado¹ de la Tarraconensis².
- Los hombres están inquietos. Se rumorea que algunos de los hombres podrían…
- ¿Podrían qué?- gritó el general dándose la vuelta con gesto amenazante.
- Bueno, señor… podrían…desertar - respondió el legado bajando la mirada.
- ¿Cómo? - el general no salía de su asombro. Hacia un par de horas era el glorioso general de los ejércitos imperiales, y ahora, simplemente era el jefe de una legión de cobardes.
El general Agripa salio de su tienda al mismo tiempo que sus tropas formaban delante de él
- Todos sabemos porque estamos aquí. Somos el mayor ejército de todo el imperio, nos debemos a Roma, y lucharemos para defenderla, – Las caras de perplejidad de los soldados evidenciaban su asombro, alguno de ellos incluso no comprendía ni siquiera el por qué del discurso - pero si alguno de vosotros no esta de acuerdo, espero que abandone ahora, porque después no habrá vuelta atrás. – El general volvió a su tienda y se sentó para descansar antes de la gran marcha.
Las tropas estaban ansiosas por partir. Todo estaba ya dispuesto. El legado entro en la tienda del general
- Mi general las tropas ya están listas. Estamos esperando su orden para partir – el general le miro con cara de cansancio
- Furnio, somos amigos desde hace mucho tiempo, dime una cosa, ¿Crees que aun soy un buen general?, ¿Qué aun soy digno de comandar los ejércitos de Roma? – el legado se apresuro a decir
- Claro Marco, estoy seguro que esta será una gran victoria para ti y tus ejércitos, ya lo verás. Esperaré fuera.
El legado salio de la tienda. El general se quedo solo, pensando. Cogió una copa de vino y mirando el mapa de Roma alzo la copa al aire exclamó
- Yo luchare por ti.
El legado dio la orden de marchar. El general encabezaba la marcha. Cayo Furnio llegó montando su caballo negro
– General vamos a buen ritmo, en seis días llegaremos al campamento, habrá que hacer noche antes de llegar, es un camino duro y muchos no aguantarán – el general le miro y tranquilizándolo dijo – no te preocupes, descansaremos lo que sea necesario – en la cabeza del general solo cabía una idea, llevar a Roma hasta la victoria.
Llevaban todo el día caminando, habían salido muy temprano del campamento de Tarraco y las legiones estaban exhaustas. El general decidió que se merecían un descanso y dio la orden de parar, había que montar el campamento antes de que anocheciera.
El general aguardaba en su tienda, a que las tropas descansaran para otro largo día de camino. Invito al legado a cenar con él. Vino, carne, frutas, una cena digna del mismísimo Augusto³. Entre copa y copa, el general y el legado hablaban del largo día que les esperaba al amanecer – Mañana tendremos que atravesar la gran llanura, un duro camino para llegar a las montañas – dijo el legado señalando un mapa – son peligrosas, dicen que hay ladrones escondidos – el general le miró – nosotros somos más que esos asquerosos ladrones, estamos preparados para cualquier emboscada – de repente un soldado irrumpió en la tienda - mi general noticias desde Roma – los dos mandos se levantaron sobresaltados y le miraron - habla soldado.
El soldado saco una carta de su lorica4 y empezó a leer.
1.Legado o Legatus Legionis fue un cargo militar del Imperio Romano, encargado de comandar una legión romana.
2.La Tarraconense (del Latín Hispania Citerior Tarraconensis) fue una provincia romana de Hispania. Su capital fue la Colonia Iulia Vrbs Triumphalis Tarraco, la actual Tarragona, de la que tomaba su nombre.
3.Cayo Julio César Octavio Augusto. (23 de septiembre 63 A.C.–19 de agosto 14 D.C.), de nombre Octavio durante el período de su vida anterior al año 27 adC, es considerado como el primer, y más importante de los emperadores romanos.
4.Lorica segmentata es el nombre que recibe la armadura que llevaron los legionarios romanos durante su época de esplendor (siglos I aC - siglo III dC).
